El emprendimiento rural impulsa el crecimiento económico, generando empleo y contribuyendo a la revitalización de zonas despobladas. Sectores como el emprendimiento orgánico enfrentan desafíos, como la falta de infraestructuras. A diferencia de las ciudades, el emprendimiento rural requiere adaptabilidad y concienciación sobre sus beneficios. Se destaca la necesidad de políticas públicas, como la reducción de impuestos, para impulsar la actividad emprendedora en estas áreas.

La despoblación, especialmente en áreas rurales remotas, afecta a nivel mundial, con una población envejecida y falta de relevo generacional. Los jóvenes, esenciales para la innovación y desarrollo económico, tienen perspectivas y necesidades cruciales. Con el objetivo de impulsar el desarrollo y retener a la población joven en zonas rurales, estrategias como la promoción educativa, formación profesional, generación de empleo y emprendimiento, acceso a la vivienda, y mejora de infraestructuras y servicios públicos son fundamentales.